Dirigida por el aclamado director Guillermo del Toro, creador de filmes tan elogiados como “El Laberinto del Fauno”, Hellboy II: El Ejército Dorado es la nueva película basada en superhéroes. Por lo visto, todavía no se va a finiquitar esta saga de adaptaciones cinematográficas, mal que me pese.
Comienza dejando claro la falta de ambiciones de otro producto taquillero más. El grueso del argumento se desarrolla en los 30 primeros segundos en un intento de recreación televisiva de los hechos. Resultado: la película es únicamente el desenlace de una historia tópica de fantasía que no tiene por donde cogerla.
El argumento es muy, muy flojo. Incluso me atrevería a decir (permítanme la osadía) que Del Toro no ha hecho un gran trabajo. Las imágenes que se recrean son, o deberían ser, insólitas e impactantes; pero fracasan y sólo consiguen hastiar al espectador en lugar de sorprender. Peleas en un complejo sistema de engranajes mortales, bichos que crecen enormemente, bosques en Manhattan, rocas con forma de humano que se abren en medio de Irlanda… pero quizás su fuerza visual no es suficiente, o quizás el espectador se ha habituado a tanta fantasía que las escenas están muy lejos de sorprender. También existen algunos deslices en ese mundo creado por ordenador, donde, por ejemplo, el hermano de Hellboy parece un freak en Carnaval que desentona del resto de bichejos amorfos.
Y sigo con mi ensañamiento con Guillermo del Toro, porque él es el mayor culpable de este bodrio cinematográfico. El guión recurre a tópicos constantemente de una forma descarada. Últimamente, cuando una película se llena de clichés se dice que es un filme que transcurre con grandes dosis de humor inteligente y parodia, cuando su fin está a años luz de parodiar. No se confundan, porque los abusos humorísticos de esta película no son cómicos y la intención del filme no era la de parodiar a subproductos ínfimos de superhéroes como éste. Cuántas veces hemos oído: “¡Échame una mano!” y el prota recibe una mano literalmente. Ingeniosísimo. Con ese ritmo a 45 r.p.m.
La película no llegaría a ser insultante si cumpliera con lo que esencialmente promete, puro entretenimiento. Y en cierto modo lo hace hasta llegar a la hora de metraje. Durante eternos minutos se desata una pelea con un Dios del Bosque en Maniatan, con mucha acción y un ritmo puramente hollywoodiense. El caso es que se le da tanta importancia en el filme a contratiempos pasajeros como éste que a partir de ese momento, todo lo que no llegue a ese nivel de acción aburre. Los minutos a partir de la batalla se hacen demasiado largos y no se consigue llegar a la intensidad deseada hasta llegar casi a los créditos.
Del plantel interpretativo no queda mucho que destacar. Hacen su trabajo como tienen que hacerlo, repitiendo gestos de otras películas, como deben hacerlo para no llegar a innovar en ningún momento. Innovar parece peligroso en el arte de crear blockbusters.
Alguna escena se salva de la mediocridad gracias a (ahora sí) el director, que no llega a echar por tierra todo su talento en esta secuela. Algún interesante cenital de Hellboy sobre los rótulos de un hotel y algún que otro detallito curioso.
La película será un nuevo blockbuster con muy poca calidad, como nos tienen acostumbrados. La fantasía es tediosa y la imaginación no rebosa tanto como prometen. El humor fácil y los efectos especiales no podían faltar junto con algunos momentos muy medidos y controlados de ‘pseudocarga’ dramática. Un producto de masas dirigida por un Del Toro que en esta ocasión se ha entregado al entretenimiento más vulgar.
Leer critica Hellboy II: El Ejército Dorado en Muchocine.net
Comienza dejando claro la falta de ambiciones de otro producto taquillero más. El grueso del argumento se desarrolla en los 30 primeros segundos en un intento de recreación televisiva de los hechos. Resultado: la película es únicamente el desenlace de una historia tópica de fantasía que no tiene por donde cogerla.
El argumento es muy, muy flojo. Incluso me atrevería a decir (permítanme la osadía) que Del Toro no ha hecho un gran trabajo. Las imágenes que se recrean son, o deberían ser, insólitas e impactantes; pero fracasan y sólo consiguen hastiar al espectador en lugar de sorprender. Peleas en un complejo sistema de engranajes mortales, bichos que crecen enormemente, bosques en Manhattan, rocas con forma de humano que se abren en medio de Irlanda… pero quizás su fuerza visual no es suficiente, o quizás el espectador se ha habituado a tanta fantasía que las escenas están muy lejos de sorprender. También existen algunos deslices en ese mundo creado por ordenador, donde, por ejemplo, el hermano de Hellboy parece un freak en Carnaval que desentona del resto de bichejos amorfos.
Y sigo con mi ensañamiento con Guillermo del Toro, porque él es el mayor culpable de este bodrio cinematográfico. El guión recurre a tópicos constantemente de una forma descarada. Últimamente, cuando una película se llena de clichés se dice que es un filme que transcurre con grandes dosis de humor inteligente y parodia, cuando su fin está a años luz de parodiar. No se confundan, porque los abusos humorísticos de esta película no son cómicos y la intención del filme no era la de parodiar a subproductos ínfimos de superhéroes como éste. Cuántas veces hemos oído: “¡Échame una mano!” y el prota recibe una mano literalmente. Ingeniosísimo. Con ese ritmo a 45 r.p.m.
La película no llegaría a ser insultante si cumpliera con lo que esencialmente promete, puro entretenimiento. Y en cierto modo lo hace hasta llegar a la hora de metraje. Durante eternos minutos se desata una pelea con un Dios del Bosque en Maniatan, con mucha acción y un ritmo puramente hollywoodiense. El caso es que se le da tanta importancia en el filme a contratiempos pasajeros como éste que a partir de ese momento, todo lo que no llegue a ese nivel de acción aburre. Los minutos a partir de la batalla se hacen demasiado largos y no se consigue llegar a la intensidad deseada hasta llegar casi a los créditos.
Del plantel interpretativo no queda mucho que destacar. Hacen su trabajo como tienen que hacerlo, repitiendo gestos de otras películas, como deben hacerlo para no llegar a innovar en ningún momento. Innovar parece peligroso en el arte de crear blockbusters.
Alguna escena se salva de la mediocridad gracias a (ahora sí) el director, que no llega a echar por tierra todo su talento en esta secuela. Algún interesante cenital de Hellboy sobre los rótulos de un hotel y algún que otro detallito curioso.
La película será un nuevo blockbuster con muy poca calidad, como nos tienen acostumbrados. La fantasía es tediosa y la imaginación no rebosa tanto como prometen. El humor fácil y los efectos especiales no podían faltar junto con algunos momentos muy medidos y controlados de ‘pseudocarga’ dramática. Un producto de masas dirigida por un Del Toro que en esta ocasión se ha entregado al entretenimiento más vulgar.
Leer critica Hellboy II: El Ejército Dorado en Muchocine.net
1 comentario:
Uh que mal!! Me encantò la primer Hellboy y Del Toro me parece uno de los grandes! sera cuestion de verla y despues coincidir o no...
Veo que es un blog nuevo asi q estaremos pasando para ver q pasa aqui...
Gracias por tu coment en mi blog, esta hecho para que personas como vos (esten de acurdo o no con las opiniones) pasen a verlo...
salu2 desde Bs As master!
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