jueves, 14 de agosto de 2008

Wall·E

Wall-E es la nueva película de animación de Disney y Pixar. Podría ser como cualquier estreno veraniego, cualquier película de animación para niños que deja un buen sabor a los padres. Pero Wall-E es sorprendentemente algo diferente.

La película da un paso más en cuanto a innovación en la historia del cine. Consolida la animación como forma de hacer cine adulto, sin tapaderas y de forma masiva. Estoy seguro de que este formato se repetirá durante los próximos años, sobre todo considerando el éxito de este filme.
Es una nueva forma de hacer cine donde los rodajes no están limitados por las posibilidades físicas y se abre un nuevo mundo de “fotografía” virtual.
La fuerza visual de esta película no decae en ningún momento. A veces pienso, la cantidad de imaginación que se requiere para hacer algo así… Si se hubiera tenido que hacer algo parecido en plastilina o con robots reales, habría costado muchísimo dinero y tiempo.

Cabe decir que Wall•E no es para niños. Los diálogos son casi inexistentes y además la gracia de la película está en comprender la situación sin que te digan hablando qué pasa. Debe ser aburridísimo para cualquier infante.

Andrew Stanton (director de Wall•E y Buscando a Nemo) urde una apasionante fábula moral llena de buenos sentimientos. En ella, cuando ya no existe el mundo, lo único que queda es lo indestructible, las emociones.

El protagonista Wall•E
(Waste Allocation Load Lifter Earth-Class) es entrañable. Admiro la idea de los ojos del robot, que son los que expresan sus sentimientos. Wall•E representa muchas cosas o ninguna a la vez. Me extrañó no ver en los carteles publicitarios actores que doblaran a los personajes, como ha pasado en todas las películas animadas anteriores, pero es que ésta vez es distinto. Hasta las voces robóticas se hicieron con ordenador. Cuanto menos, resulta también curioso el carisma que desprende Wall•E, porque ya es casi un icono de una nueva generación. Desde E.T. no se ha visto nada igual.


Eve (Extra-terrestrial Vegetation Evaluator) o Ev-ah (como dice Wall•E) es uno de los personajes más importantes de la historia. Ella es la única salvación del mundo, es la esperanza de las ruinas terrestres, pero ella también mantiene esperanza por encontrar algo en nuestro planeta. Con mucho carácter, inteligencia y personalidad, simboliza la “persona” que tenazmente realiza su trabajo; y luego si puede se busca algún amigo.

Los personajes secundarios que se cruzan en la trama mantienen historias paralelas sobre las que también se debe recapacitar. Los humanos, que han perdido la esencia de la humanidad, son ahora virtuales. El sedentarismo y la obesidad. La cucaracha de la que todos pasan y a la que todos pisan. La ardua decisión entre Manual y Automático que me recordaba mucho (no sé por qué) a las cámaras digitales. La contaminación de la atmósfera… Son muchas otras pequeñas historias (con moraleja) que requieren un análisis más paulatino del espectador para poder comprender la complejidad de la trama.

Como ya muchos apuntan, Wall•E es una de las mejores películas de animación. También se rumorea que es una seria candidata al Oscar como mejor película (el de mejor pelicula de animacion lo tiene asegurado, queda planteada la duda de ver si a los señores de la Academia les importa más la calidad que unos actores de carne y hueso a la hora de elegir las nominaciones a la categoría más importante). No sé. En medio año ya se habla de Wall•E y Batman como candidatas, y todavía queda lo mejor. Muy interesante va a ser este 2008, cinematográficamente hablando.

Yo, aunque no me gusta mucho repetir películas, con Wall•E haré una excepción y la volveré a ver. Seguro que gana mucho.



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